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Grupos Ignacianos

A partir del año 2013 la Pastoral de la Unidad Educativa Particular Javier se planteó el objetivo de diseñar, implementar y consolidar las estructuras de una pastoral juvenil, infantil y de familias para que, a través de ellas, se pudiera evangelizar a los miembros de toda la UEJ desde la espiritualidad ignaciana por medio de la formación espiritual, reflexiva y social, con el fin de generar agentes de cambio, competentes, conscientes, compasivos y comprometidos con el Reino de Dios, la Iglesia y la sociedad. Con la ayuda de Dios esto se está haciendo realidad.

En el Javier los niños y jóvenes no solo se encuentran con espacios de formación en las aulas, sino que también fuera de ellas. Estos espacios los ofrecen el GAJ (Grupo Apostólico Javier), el MEJ (Movimiento Eucarístico Juvenil), y el CEL (Campamentos Ecuatorianos Loyola). 

El GAJ tiene una larga tradición de servicio en la ciudad de Guayaquil, que se mantiene todavía viva. Sábado a sábado jóvenes comprometidos con los demás se reúnen en el colegio para salir hacia el Asilo Plaza Dañín o a algunos barrios de Monte Sinaí. Los abuelitos del asilo siempre los reciben con una sonrisa en los labios cuando los ven llegar. Para ellos es algo así como sus nietos a quienes les cuentan sus historias. Los niños de los barrios también se alegran al verlos, salen a al encuentro, juegan en las rondas, rezan juntos al empezar la jornada y aprenden un poco más de catequesis o en algunas clases de refuerzo escolar.

El MEJ ofrece un espacio de formación cristiana en común para los niños y jóvenes que buscan con más entusiasmo “vivir al estilo de Jesús”. Éste es el lema del MEJ, Jesús es el centro de la vida, el que reúne, anima, los hace amigos y los invita a servir. Cada encuentro está lleno de alegría, de oración, de formación. Es una familia que tiene por centro a Jesús, pues es nuestro alimento. Los integrantes del MEJ asisten todos los sábados al Asílo Plaza Danín, para compartir un momento de calidad con los abuelitos y abuelitas que los esperan con gran ánimo.

El CEL, por su parte, lleva al mundo de la aventura en la creación de Dios. Dormir en carpas, cocinar con leña o con carbón, caminar por senderos, cruzar ríos, hacer dramatizaciones junto al fuego de campamento, orar escuchando la naturaleza, vivir en comunidad, compartir el paso de Dios en las vidas en la pausa ignaciana, etc.; permite abrirse a un mundo alejado de la tecnología y entrar en el mundo de los demás, en el mundo de los amigos íntimos que siempre recordarán los campamentos a lo largo de toda su vida. El grupo de campamento busca formar líderes que sirvan a la sociedad, que a través de su testimonio contagien a aquellos que se encuentran presos de las vanidades que ofrece el mundo, el poder actuar libremente a favor del bien del prójimo. La estructura de campamentos para la formación de la juventud es una de las características de las Unidades Educativas de la Compañía de Jesús en el Ecuador, pues en todas ellas hay un grupo de campamentos que comparten etapas de formación, símbolos, etc., cosa que se puede constatar claramente en los Campamentos Nacionales.

Los Grupos Ignacianos son claves y muy importantes en nuestra pastoral, son el espacio que permite que nuestros niños y jóvenes “hagan lío”, ese lío al que nos invita el Papa Francisco. Al hacer lío podemos marcar la diferencia en este mundo conformista, podemos demostrar que los niños y jóvenes son capaces de poner el “amor más en las obras que en las palabras”, al hacer lío somos capaces de amar.

Los niños, jóvenes, educadores ignacianos, padres de familia, pastoralistas y demás personas involucradas, se encuentran en los Grupos Ignacianos para ser “amigos en el Señor”, para formarse y “ser más para servir mejor”, pues en ellos está presente el lema de los jesuitas: “en todo amar y servir”.

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