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  • P. Fabricio Alaña S,J

El Padre nos deja

En honor a Paquito S.J.


La vida es ambigua muchas veces es sus vivencias, nos da alegría, nos da dolor, nos da tristeza, nos da esperanza. ¿Pero es la vida así realmente? Es mi forma de entenderla. La vida es un constante fluir del manantial de su esencia que es amor, verdad, libertad, energía y que al final es un rostro, una figura como en el amor y en las relaciones auténticas. Esta tiene forma y figura, rostro y hermosura, es Dios a quien por la experiencia vivida lo puedo nombrar como Padre, y esta es la mejor manera de entender la vida o la eterna pregunta ¿de dónde vengo y a dónde voy?

Vengo de un Dios que me creó como Padre, regreso a un Padre que me respetó como a un dios, pues nos hizo a su imagen y semejanza y eso solo se manifiesta al final del camino.


Cuando en nuestras vidas nos encontramos con personas que reflejan la bondad de Dios, su libertad incondicional, te enseñan a caminar con los pies en la tierra y la mirada en el cielo, sabiendo que el centro de la vida es Cristo Jesús, nuestro camino y verdad, que a Dios solo se puede conocer históricamente por su revelación en nuestras relaciones, por su Palabra hecha carne para darnos vida, y que sólo lo entenderé si logro madurar en el amor, entonces uno se ha encontrado con un Padre de verdad, que te quiere sinceramente, que tiene la paciencia para que aprendas a madurar y que respeta tu libertad pues, encontrarás la verdad y si sabes vivir en el amor, entonces uno entiende que la vida tiene sentido y el hombre un destino. Hoy lloraremos la partida del Padre, que nos enseñó el camino para que nosotros lo recorramos, que nos señaló el horizonte para que nosotros lo alcancemos, que vivamos la historia como oportunidad y no como amenaza, en donde la fe en Cristo es la clave para entender esa historia y es el manantial para encontrar el impulso del camino, en este desierto de la vida, la energía para realizar los sueños, para sentir la alegría de vivir y el coraje de existir. Ese papel de padre que hoy lloramos su partida los Jesuitas de Guayaquil, los ex alumnos y alumnos del Colegio Javier y quienes se sintieron amigos, seres alcanzados por sus consejos, cursos de biblia, acompañamiento matrimonial en equipos de Nuestra Señora, confesiones, matrimonios, primeras comuniones, charlas de ética y responsabilidad a los empresarios hasta crear con algunos líderes la Asociación Cristiana de empresarios y no sólo sus clases de Cristología, Historia, Biblia y Sexología que daba a jóvenes y seminaristas es el PADRE FRANCISCO JAVIER CORTES GARCÍA S.J. Español de pura cepa que supo abrirse a la ecuatorianidad y en especial acoger, acompañar y ayudar al joven guayaquileño durante 55 años seguidos.

Paquito se entregó a los suyos al estilo de otro gran jesuita español que estuvo al servicio de los jóvenes manabitas por 44 años, José Ignacio Mendoza, que vinieron casi juntos de España a Ecuador como buenos padres a recordarnos el camino a la casa del Único Padre.

Paz en la tumba de los dos padres que me enseñaron a mí y a muchos, al estilo de Ignacio.





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