Contemplar a Jesús en el necesitado.

 

«…porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver…Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo» (Mateo 25, 34-40)

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Seguir a Jesucristo y contemplarlo es parte del día a día de un cristiano. Hemos sido imperiosamente llamados a reconocer en nuestro hermano necesitado el rostro mismo de Jesús, y a servirlo incansablemente por amor.

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Los chicos del Grupo Apostólico Javier han acogido con el corazón ese llamado y cada sábado salen a repartir con mucha alegría el amor y la esperanza que les viene del Resucitado. Con una ardua y gratificante labor en el asilo Plaza Dañín y en las escuelitas de Monte Sinaí, sirven a los abuelitos y a los niños que tanto necesitan del cariño y entrega de los GAJucos.

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Llevar esa pizca de consuelo a los abuelitos que han sido olvidados por sus familiares y reforzar la enseñanza de esas escuelas de escasos recursos son acciones que brillan en este mundo que cada vez más excluyente. Quien pertenece al GAJ se convierte en Luz y Sal de la Tierra, amando y sirviendo verdaderamente a Cristo en el necesitado.